Thomas Mann, escritor alemán nacido en 1875, es considerado uno de los más importantes de su generación y fue galardonado con el Premio Nobel en 1929. En 1939 publicó una novela titulada Carlota en Weimar, que gira en torno a Goethe. Veía la luz al comenzar la Segunda Guerra Mundial.
El inicio del conflicto pilló a Mann en Suecia, aunque su residencia habitual ya eran los EEUU al haber dejado Alemania cuando subió Hitler al poder. Para retornar a casa, tomó un avión hasta Londres con la intención de viajar desde allí al otro lado del Atlántico. Llevaba consigo numerosos libros, notas para conferencias y papeles en general. En Londres, todos estos apuntes llamaron la atención de los inspectores, muy susceptibles por el comienzo de la guerra. No hay que olvidar que Mann era de origen alemán.
En concreto, según parece, un diseño plasmado en un papel les resultó sumamente sospechoso a los inspectores británicos. El diseño representaba la colocación de los comensales en una comida ofrecida por Goethe en su casa de Frauenplan, en Weimar. Mann, para convencer a los otros de la inocencia de la nota y por ende de sí mismo, se vio obligado a hacer una lectura resumida de la novela mencionaba al inicio de la entrada, para que los funcionarios comprendieran los datos del papel que le cuestionaban.