EL MANU VOLADOR

El equipo argentino Campeón Olímpico
En los Juegos Olímpicos de Atenas 2002 el seleccionado argentino de básquet debía enfrentar al entonces campeón del mundo y gran favorito a quedarse con la medalla dorada, Serbia y Montenegro.

Además se estaba reeditando la final del campeonato mundial 2002, en la cual los europeos vencieron en tiempo extra y luego de una polémica jugada final que pudo darle el triunfo a los argentinos. 

Sin embargo ahora la historia iba a ser diferente.

Argentina había jugado un primer cuarto sobresaliente, durante el cual Emanuel "Manu" Ginóbili encestó sus cuatro intentos de triple, cerrando el período con una ventaja de doce puntos sobre el campeón mundial (27-15), y manteniendo la ventaja al llegar al medio tiempo (49-39). Sin embargo, los europeos se recuperaron en el reinicio, tomando la delantera al comenzar el cuarto cuarto (61-63). Desde ese momento ambos equipos se mantuvieron sin sacarse ventaja, hasta que un triple de Dejan Bodiroga, le dio una ventaja de tres puntos a los europeos cuando faltaban 2'33 (75-78), recuperando la pelota en la jugada siguiente. Los argentinos lograron sin embargo descontar la ventaja con esfuerzo y, faltando 10 segundos, el marcador estaba igualado 81-81. En ese momento, los serbio-montenegrinos lograron enhebrar una jugada que puso a Dejan Tomašević en situación de anotar, obligando a Fabricio Oberto a realizar una falta para evitar el doble. Tomasevic convirtió uno de los dos tiros libres y le dio a su equipo una ventaja de un punto, faltando sólo 3 segundos (81-82). 

Casi sin tiempo, Alejandro Montecchia tomó el balón y corrió por el lateral izquierdo, dándole un pase cruzado de sobrepique a Manu, quien, con la marca encima, se arrojó hacia adelante para intentar la hazaña. En ese segundo final Manu voló, y volando encestó, regalándonos el triunfo y la clasificación. 

Era 15 de agosto de 2004 y Manu se metía en el panteón de los dioses en Atenas. Pero él con la humildad de siempre diría después: "Yo tiré un ladrillazo y entró". 

Después los muchachos, comandados por un Manu inspiradísimo, también despacharían a Estados Unidos y ganarían la medalla de oro.