Los jinetes croatas del siglo XVII tomaron muchas cosas de la caballería irregular turca, los delis y los aquincis al servicio del sultán. Como los jinetes de Imperio Otomano, sus botas eran amarillas, como las fuerzas de élite otomanas, llevaban una piel de oso sobre la silla de montar, fajas de colores y una casaca muy parecida a la dolama turca.
Estos jinetes llevaban en torno al cuello un pañuelo anudado, y esta costumbre acabará pasando a la forma de vestir europea, dando lugar a la corbata.
Este término proviene del italiano corvatta o crovatta, que a su vez deriva de croata.