François Duvalier ó Papa Doc, como se lo conoce, llegó al poder en Haití de la mano del ejército y apelando a la mayoría afro de su país, usando una propaganda pro negritud y renovando la tradición del vudú, afirmando que él mismo era un sacerdote llegando a imitar la imagen del dios de la muerte en su intento de resultar más convincente.
En 1960 modificó personalmente la Constitución para volver a ser elegido presidente en 1961 por seis años más. Claro que sin oposición. El escrutinio lo dice todo, señaló 1.320.000 votos a su favor y ni uno solo en contra.
En 1964 se autoproclamó presidente vitalicio con poderes absolutos haciendo votar una nueva Constitución en una Asamblea Nacional compuesta por diputados que él mismo nombraba.
Se inició también el culto a la personalidad alrededor de la imagen del dictador haitiano como emblema físico de su propia nación. Creó una tasa obligatoria para la población para financiar la construcción de Duvalierville, la ciudad de Duvalier que se diseñó de modo ostentoso. El dinero de este impuesto fue a parar en su mayor parte a sus cuentas corrientes.
En 1960 modificó personalmente la Constitución para volver a ser elegido presidente en 1961 por seis años más. Claro que sin oposición. El escrutinio lo dice todo, señaló 1.320.000 votos a su favor y ni uno solo en contra.
En 1964 se autoproclamó presidente vitalicio con poderes absolutos haciendo votar una nueva Constitución en una Asamblea Nacional compuesta por diputados que él mismo nombraba.
Se inició también el culto a la personalidad alrededor de la imagen del dictador haitiano como emblema físico de su propia nación. Creó una tasa obligatoria para la población para financiar la construcción de Duvalierville, la ciudad de Duvalier que se diseñó de modo ostentoso. El dinero de este impuesto fue a parar en su mayor parte a sus cuentas corrientes.
Desarrolló una política brutal y represiva, llegando a recibir presiones internacionales, pero no hubo manera de detenerlo. Utilizó tanto el asesinato como la expulsión para eliminar a sus adversarios políticos. Se calcula que fueron más de 30.000 las personas asesinadas. Su reinado del terror mantuvo el país bajo su control directo. Fue glorificado por sus seguidores casi como un dios y a su muerte, según su voluntad, y la Constitución que él mismo había diseñado, le sucedió su hijo, Jean-Claude Duvalier, Baby Doc.
Pero Papa obvió un detalle, seguramente no pensaba morir tan pronto, porque su hijo contaba con tan sólo 19 años de edad y la ley lo inhabilitaba para ser presidente, pero la solución no demandó mucho trabajo: el Congreso declaró que tenía 23 años.
A la muerte de François Duvalier, Haití era el país más pobre de América, ocupaba el primer puesto en analfabetismo y la salud pública estaba en un estado desastroso.