Horace Greasley frente a Himmler |
Con la burbuja de hoy conoceremos a otro de esos héroes anónimos de los que la historia se ha nutrido.
Horace Greasley, a pesar de ser un completo desconocido para la mayoría de nosotros, fue protagonista de una situación tan osada como insólita, que quedó plasmada para la eternidad en la fotografía que ilustra esta entrada.
La misma fue tomada en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, e ilustra un momento en el que Heinrich Himmler satisfacía su morbo visitando a los prisioneros. Y allí aparece nuestro protagonista, poniendo sin duda su pellejo en riesgo, parado estoicamente frente al líder nazi, al otro lado de la alambrada, con el torso desnudo, dejando ver su delgadez extrema y pidiendo comida para él y para sus compañeros.
Horace Joseph Greasley, apodado Jim, nació el 25 de diciembre de 1918 en Ibstock, un pequeño pueblo de Inglaterra. Su vida no tuvo nada recalcable hasta que en 1938 Hitler invadió Checoslovaquia. Inmediatamente Inglaterra declaró reservistas a todos los hombres entre 18 y 40 años, siendo Horace incluido en la primera llamada a filas.
A finales de 1939, Horace fue sometido a siete semanas de entrenamiento, tras los cuales, fue enviado en un destacamento a Francia como parte de una fuerza de expedición británica. El 25 de mayo de 1940, durante la retirada de la Operación Dinamo, Horace fue capturado por las tropas alemanas en Carvin, una pequeña localidad al sur de Lille.
Las siguientes 10 semanas Horace marchó junto al resto de prisioneros a pie, atravesando Bélgica y Holanda. Una vez que alcanzaron Alemania, los pocos supervivientes del trayecto fueron trasladados al campo de prisioneros de Silesia.
De ahí Horace fue trasladado a Lamsdorf, donde conoció a Rosa Rauchbach, la hija del director de la cantera de mármol de campo de prisioneros. De ella se enamoró, el amor fue correspondido y comenzaron un romance y una increíble historia. Mientras ambos estuvieron trabajando en el mismo campo, fue relativamente sencillo encontrar momentos de intimidad. El reto comenzó el día que Rosa fue enviada a un anexo de Auschwitz, a más de 60km de distancia. Horace, en un intento desesperado de mantener el contacto con ella y aprovechándose de la escasa guardia a causa de la lejanía de cualquier frontera de escape, comenzó a salir de forma esporádica del campo de prisioneros para visitarla y volver sigilosamente al poco tiempo.
Durante casi cinco años mantuvieron su furtivo romance, hasta el 24 de mayo de 1945, día en que Horace fue liberado. Inmediatamente fue trasladado a Inglaterra y, al final la guerra, recibió varias cartas de Rosa. Lamentablemente, nunca pudieron volver a verse, ya que Rosa falleció en el parto del que posiblemente hubiera sido el hijo de Horace.
En el año 2008, cuando Horace cumplió los 90 años, se fue, probablemente en busca de Rosa.