El Acorazado Potemkin conmemora el fallido levantamiento de 1905. Un importante debate sobre la veracidad histórica del tratamiento fue llevado a cabo, y aunque esta refutación del mito buscaba negar que la película tuviera mucha relación con lo que realmente había sucedido, un serio examen sobre el histórico incidente sólo fue capaz de establecer que existe confusión sobre lo que realmente ocurrió. En general, sin embargo, hay más semejanzas que diferencias entre lo que se aceptó como la historia oficial y el tratamiento que le dio Eisenstein al hecho.
La película de Eisenstein se estructura alrededor de cinco episodios, introducidos con íntertítulos: (1) Hombres y gusanos; (2) Drama en el Golfo Tendra; (3) El muerto calma; (4) La escalera de Odessa; (5) Encuentro con la escuadra. Estos episodios coinciden en gran parte con la memoria histórica del evento, y Eisenstein usó a unos de los participantes reales del motín como actor y asesor histórico en el proyecto.
El motín ciertamente comenzó cuando carne podrida fue llevaba a bordo y los marinos se rehusaron a comer la sopa que se hizo con dicha carne. El drama en la cubierta ocurrió: Vakulinchuk fue muerto en la lucha con los oficiales, su cuerpo fue llevado a la costa de Odessa y la gente de la ciudad, donde la actividad insurrecta ya estaba ocurriendo, fue a verlo. Este incidente reavivó el descontento que fue violentamente suprimido por el ejército en la ciudad. El Potemkin disparó algunos cañonazos y el resto de la flota rusa fue llevada para someter la nave, pero no se dispararon cañonazos para devolver el fuego. Otra nave se unió al Potemkin en el motín, pero luego encalló. El Potemkin dejó Odessa y los marinos eventualmente buscaron asilo en Rumania. La narrativa de Eisenstein termina en la relativa victoria de la flota pasando la nave sin disparar, más que la historia menos heróica de las subsecuentes tribulaciones y aislamiento del Potemkin.
La secuencia de La escalera de Odessa ha sido muy copiada (Woody Allen, Brian de Palma, Terry Gilliam, etc). Setenta y cinco años han pasado, y mucho del discurso de las películas ha cambiado, pero todavía es un placer ver de nuevo una película la cual, sin saberlo, escribió la gramática del cine. En dicha escena, los cosacos Zaristas en sus blancas guerreras de verano marchan bajando los aparentemente interminables escalones de una manera rítmica casi maquinal disparándole a la multitud. Las víctimas incluyen un joven niño y una madre que empuja un bebé en un carrito. Mientras ella cae al suelo, muriendo, se apoya contra el carrito, empujándolo; rueda escaleras abajo en medio de la multitud que huye.
La masacre de las escaleras de Odessa es ficticia, presumiblemente creada por Eisenstein por su dramática locación y efecto, así como para la propaganda y para demonizar al Zar y al régimen imperial. Esta, sin embargo, basada en un hecho real, provocado por el arribo del Potemkin a la Bahía de Odessa, y tanto el The Times de Londres como el cónsul británico reportaron que tropas dispararon contra la multitud muriendo varias personas (el número real de bajas no se conoce). El critico de cine Roger Ebert escribió, “la verdad es que no hubo, de hecho, una masacre zarista en las escaleras de Odessa, lo que apenas disminuye el poder de la escena… es irónico que [Eisenstein] la realizó tan bien que hasta el día del hoy la masacre de las escaleras de Odessa es a menudo tomada como si realmente hubiese ocurrido.”
Esta escena es tal vez el mejor ejemplo de la teoría del montaje de Eisenstein, y muchas películas le han rendido homenaje, incluyendo Brazil de Terry Gilliam, El Padrino de Francis Ford Coppola, Los Intocables de Brian de Palma, Alta traición de Tibor Takac, La guerra de las galaxias Episodio III: La venganza de los Sith de George Lucas, Tezzab, un film hindú de Chandrashekhar Narvekar. Muchas otras películas la parodiaron, incluyendo Bananas y La última noche de Boris Grushenko de Woody Allen, y La Pistola Desnuda 33⅓: El insulto final de Zucker, Abrahams y Zucker, la comedia italiana “Il secondo tragico Fantozzi” (El segundo trágico Fantozzi). Peter Sellers presentó un homenaje a la secuencia en su película “El cristiano mágico”; durante la escena de “Dinero gratis” cerca del final, una línea de hombres de negocios bajan las escaleras del banco blandiendo sus paraguas como si fuesen rifles.