En 1922 el dramaturgo Jacinto Benavente visitó nuestro país y recorrió en ferrocarril las ciudades del interior junto a la actriz Lola Membrives. Cuando se detuvieron en la ciudad de Rufino, se enteraron a través de un telegrama que Benavente había ganado el Premio Nobel de Literatura, sin embargo él tomó la noticia con mucha calma y prefirió continuar con el itinerario.
En cada ciudad que visitaba, Jacinto era interrogado sobre la Argentina, como si fuera una obseción conocer el punto de vista del escritor que se había vuelto tan famoso. Pero el autor español esquivaba la pregunta. Su discreción, lejos de disminuir el acoso, lo aumentaba.
Cuando llegó al puerto para embarcar, en el instante previo al retiro de la escalerilla arreciaron nuevamente las demandas. Entonces Benavente se volvió y finalmente respondió: "Armen la única palabra posible con las letras que componen la palabra argentino". Luego entró en el barco y desapareció.
Su figura ya no estaba a la vista cuando los que lo habían escuchado pudieron descifrar el acertijo. La única palabra que se construye con las letras de argentino es "ignorante".
Fuente: El atroz encanto de ser argentino | Marcos Aguinis