GENGIS KHAN, EL PICARO MONGOL

En 1219 Gengis Khan llegó hasta los límites del inmenso Imperio de Corasmia, conquistando una ciudad tras otra. Se dice que sus soldados eran sanguinarios y crueles con sus enemigos, lo cierto es que eran brillantes en el manejo de sus armas y con la ayuda de algunos expertos chinos en armas pesadas y asedios, las victorias se sucedían a lo largo de su camino.

Hasta que un día se toparon con Samarcanda, una próspera ciudad dedicada al comercio, con un ejército importante, con unas impenetrables murallas recién construidas y un buen nivel de provisiones en su interior. Sin duda, una ciudad difícil de tomar.

Gengis Khan bloqueó Samarcanda y detuvo sus tropas allí. Desorientado, reunió a sus altos mandos para debatir acerca de la estrategia a seguir. Pero sus generales utilizaban el ingenio tan bien como sus armas. El líder mongol vistió con las ropas de sus soldados a miles de prisioneros que había capturado durante la campaña y los envió directo hacia las murallas.

Los asediados cayeron en la trampa y se ocuparon de repeler a los prisioneros, al tiempo que el auténtico ejército mongol atacaba la ciudad desde la dirección opuesta, logrando doblegar sus defensas.