Se dijo que nadie conoció el alma humana mejor que Fiódor Mijáilovich Dostoyevski. "El idiota", "Crimen y castigo", "Noches blancas", "Los hermanos Karamazóv", dan prueba de ello.
La mayoría de sus obras se centran en la temática del hombre, es decir, lo tienen a éste como personaje principal. Los argumentos en que se basan estas novelas, generalmente, tratan sobre grandes temas humanos, como la pobreza e injusticia social, el realismo psicológico, las relaciones amorosas, el egoísmo y la autopurificación por medio del sufrimiento. Ante esta naturaleza esencialmente «humana», el autor abarca distintos terrenos de la psicología, la filosofía y la ética.
Estilísticamente, Dostoyevski tomó, como «materia prima» de sus novelas, las grandes preocupaciones que tenía con respecto al futuro de la humanidad y las injusticias sociales que se vivían durante su época.
Hijo de un médico autoritario y una madre que le sirvió de refugio hasta su temprana muerte, su vida no fue nada fácil; por el contrario sus desventuras fueron en gran medida el germen de sus trabajos que incluían una importante carga autobiográfica.
Fue arrestado y encarcelado por formar parte de un grupo intelectual liberal acusado de conspirar contra el Zar Nicolás I. Fue condenado a muerte, pero su pena fue conmutada por cinco años de trabajos forzados en Siberia. Durante esa penosa época se intensificaron sus ataques epilépticos, enfermedad que lo acompañó toda su vida.
La mayoría de sus obras se centran en la temática del hombre, es decir, lo tienen a éste como personaje principal. Los argumentos en que se basan estas novelas, generalmente, tratan sobre grandes temas humanos, como la pobreza e injusticia social, el realismo psicológico, las relaciones amorosas, el egoísmo y la autopurificación por medio del sufrimiento. Ante esta naturaleza esencialmente «humana», el autor abarca distintos terrenos de la psicología, la filosofía y la ética.
Estilísticamente, Dostoyevski tomó, como «materia prima» de sus novelas, las grandes preocupaciones que tenía con respecto al futuro de la humanidad y las injusticias sociales que se vivían durante su época.
Hijo de un médico autoritario y una madre que le sirvió de refugio hasta su temprana muerte, su vida no fue nada fácil; por el contrario sus desventuras fueron en gran medida el germen de sus trabajos que incluían una importante carga autobiográfica.
Fue arrestado y encarcelado por formar parte de un grupo intelectual liberal acusado de conspirar contra el Zar Nicolás I. Fue condenado a muerte, pero su pena fue conmutada por cinco años de trabajos forzados en Siberia. Durante esa penosa época se intensificaron sus ataques epilépticos, enfermedad que lo acompañó toda su vida.
Las pérdidas de sus seres queridos, incluyendo una criatura de sólo 3 meses, lo hicieron caer en continuos pozos depresivos; el alcohol y el juego fueron sus recursos evasivos, lo que le generó acarrear con enormes deudas, que en gran parte terminó saldando traspasando a sus acreedores el derecho sobre sus obras.
Murió en su casa de San Petersburgo, el 9 de febrero de 1881, de una hemorragia pulmonar asociada a un enfisema y a un ataque epiléptico.
En su lápida sepulcral puede leerse el siguiente versículo de San Juan, que sirvió también como epígrafe de su última novela, "Los hermanos Karamázov":
"En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo, pero si muere produce mucho fruto."
Murió en su casa de San Petersburgo, el 9 de febrero de 1881, de una hemorragia pulmonar asociada a un enfisema y a un ataque epiléptico.
En su lápida sepulcral puede leerse el siguiente versículo de San Juan, que sirvió también como epígrafe de su última novela, "Los hermanos Karamázov":
"En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo, pero si muere produce mucho fruto."