El gran Joe Lewis, tuvo una carrera fulgurante y no tardó en convertirse en el gran ídolo de las masas, especialmente de los hombres y mujeres de color que vieron en él una oportunidad de que un hombre de color se convirtiera por primera vez en campeón de los pesos pesados, después que en 1915 lo fuera Jack Johnson.
El "bombardero de Detroit" tuvo rivales de alta jerarquía, pero tuvo una rivalidad particular con el alemán Max Schmeling, por quien es derrotado por primera vez en el duodécimo asalto.
El "bombardero de Detroit" tuvo rivales de alta jerarquía, pero tuvo una rivalidad particular con el alemán Max Schmeling, por quien es derrotado por primera vez en el duodécimo asalto.
En 1937 obtiene el campeonato mundial de pesos pesados al vencer a James Braddock en el octavo asalto. Conservó el trono durante doce años (record absoluto como campeón en el peso pesado), en los que peleó con los mejores boxeadores del panorama mundial, incluyendo la esperada revancha con Schmeling. El duelo había tomado un matiz especial, por un lado Louis, negro y popular, y por el otro, el alemán, considerado por los nazis un prototipo de la raza aria.
El combate fue vibrante y terminó en el primer asalto con la victoria de Louis, y Schmeling con dos costillas rotas.
Finalmente, perdió el título frente a Rocky Marziano en 1951.
Al poco de abandonar definitivamente el boxeo, quedó totalmente arruinado al serle confiscados todos sus bienes por el fisco. Intentó hacer lucha libre, pero fracasó, así como en otros negocios que intentó, hasta que en los años 60 fue a Las Vegas donde se desempeñó trabajando en el área de relaciones públicas de un famoso casino, viviendo de eso hasta que en 1969 sufrió un colapso en plena calle y en 1970 fue ingresado en un hospital psiquiátrico en Denver. En 1977, una operación quirúrgica como consecuencia de tener la aorta obstruida, lo postró en una silla de ruedas. El 12 de abril de 1981 murió como consecuencia de un fallo cardíaco en Las Vegas. Fue enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington. Su antiguo rival y amigo Max Schmeling costeó los gastos de su enfermedad y su entierro.