Laurence Sterne se decidió a escribir tarde, a los 46 años, pero lo hizo con una sorprendente originalidad.
Nacido en 1713 en Irlanda, ya como sacerdote de la Iglesia de Inglaterra llamó la atención por sus excéntricos sermones.
Llevó una vida social muy activa y algo licensiosa, estuvo casado y tuvo una hija, pero mantuvo siempre una amante, en los círculos que frecuentaba era reconocido por su carisma y su buen humor a pesar de su frágil salud.
En 1760 el primer volumen de su inacabada Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, hizo reír hasta al propio Nietzsche que llegaría a decir «es el escritor más libre de todos los tiempos».
En 1765 emprendió un prolongado viaje por Francia e Italia que dio lugar a su Viaje sentimental, obra planteada originalmente en cuatro partes de las cuales Sterne sólo pudo completar dos, en las cuales evoca con reflexiones llenas de fantasía, humor y melancolía su viaje por Calais, Ruan, París y las cercanías de Lyon.
En 1767 da a conocer sus Cartas a Eliza, correspondencia dirigida a su amante Eliza Draper. Admiró a Cervantes, Rabelais y Jonathan Swift.
Nacido en 1713 en Irlanda, ya como sacerdote de la Iglesia de Inglaterra llamó la atención por sus excéntricos sermones.
Llevó una vida social muy activa y algo licensiosa, estuvo casado y tuvo una hija, pero mantuvo siempre una amante, en los círculos que frecuentaba era reconocido por su carisma y su buen humor a pesar de su frágil salud.
En 1760 el primer volumen de su inacabada Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, hizo reír hasta al propio Nietzsche que llegaría a decir «es el escritor más libre de todos los tiempos».
En 1765 emprendió un prolongado viaje por Francia e Italia que dio lugar a su Viaje sentimental, obra planteada originalmente en cuatro partes de las cuales Sterne sólo pudo completar dos, en las cuales evoca con reflexiones llenas de fantasía, humor y melancolía su viaje por Calais, Ruan, París y las cercanías de Lyon.
En 1767 da a conocer sus Cartas a Eliza, correspondencia dirigida a su amante Eliza Draper. Admiró a Cervantes, Rabelais y Jonathan Swift.
Otro gran admirador suyo fue Don José de San Martín, quien en sus máximas para su hija Merceditas, cita al autor irlandés: «Sterne ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: “Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos”».
Su obra, profundamente intrincada, ingeniosa, innovadora y de un humor y modernidad desbordantes, lo convirtieron en uno de los escritores más innovadores e influyentes de la literatura.
Sterne anticipa muchos de los recursos narrativos de las vanguardias literarias de fines del siglo XIX e inicios del XX, en gran medida lo suyo es una suerte de monólogo interior que preanuncia el de Joyce.
La tuberculosis lo maltrató gran parte de su vida y finalmente se quedó con su genio el 18 de marzo de 1768 en Londres.