LOS PERUANOS INSOLENTES

En las Olimpíadas de 1936, el país natal de Hitler fue derrotado por la selección peruana de fútbol.

El árbitro hizo todo lo que pudo por evitarlo, llegó a anular tres goles peruanos totalmente legítimos, para evitar el disgusto del Führer, pero Austria perdió 4 a 2.

Al día siguiente las autoridades de la competencia pusieron los puntos sobre las ies: el partido fue anulado. Esto no fue por la inadmisible derrota de la raza aria frente a un equipo sudamericano integrado mayoritariamente por hombres de color y dueño de una brillante delantera conocida como el Rodillo Negro, que aquel día había humillado a los jugadores austríacos. ¿Cómo iba uno a pensarlo? El partido fue anulado porque el público invadió el campo de juego antes de finalizar el encuentro.

Perú indignado, abandonó las Olimpíadas, y el país de Hitler obtuvo el segundo puesto en el torneo, detrás de Italia, la Italia de Mussolini.


Fuente : Espejos - Eduardo Galeano