SARMIENTO Y EL MAESTRO


En 1831, con sólo veinte años, Sarmiento debió partir hacia Chile por no compartir las ideas de Rosas. 

Durante su exilio ejerció los más diversos oficios: escenógrafo, minero, mozo, periodista... También trabajó en una chacra cuyo dueño comentó una vez:
'Tengo un capataz loco que se pasa horas leyendo en voz alta entre los árboles. Cuando se le pregunta qué lee, dice que está estudiando para ser presidente de la Argentina'. 



En 1856 Sarmiento era Inspector General de Escuelas. Llegó a un establecimiento y comprobó que los alumnos eran buenos en geografía, historia y matemáticas pero flojos en gramática y se lo hizo saber al maestro. 

Éste, asombrado, le dijo:
- "No creo que sean importantes los signos de puntuación".
 
- "¿No? Le daré un ejemplo" - respondió Sarmiento. Tomó una tiza y escribió en el pizarrón:
"El maestro dice, el inspector es un ignorante".
 
- "Yo nunca diría eso de usted, señor Sarmiento" - contestó presuroso el maestro.

- "Pues yo sí", dijo. Tomó el borrador y la tiza y cambió de lugar la coma. 

La frase quedó así: "El maestro, dice el inspector, es un ignorante."

 
Fuente: VIDA DE SARMIENTO - Manuel Gálvez