Durante su paso por el club italiano de fútbol Treviso, allá por el 2000 y 2001, el jugador nigeriano Akeem Omolade se cansó de padecer el desprecio de la gente de su propio club.
El 26 de mayo de 2001, en ocasión de enfrentar al Genoa, el entrenador lo hace entrar promediando el encuentro. Los aficionados del Treviso, lo estaban esperando, y lo recibieron al unísono gritando "No queremos negros!".
Sus compañeros de equipo, no dudaron en apoyarlo ante tan grave situación, y al siguiente partido salieron a la cancha con la cara pintada de negro.
Y así jugaron nomás.
El 26 de mayo de 2001, en ocasión de enfrentar al Genoa, el entrenador lo hace entrar promediando el encuentro. Los aficionados del Treviso, lo estaban esperando, y lo recibieron al unísono gritando "No queremos negros!".
Sus compañeros de equipo, no dudaron en apoyarlo ante tan grave situación, y al siguiente partido salieron a la cancha con la cara pintada de negro.
Y así jugaron nomás.